En lo profundo
Una raíz decidió emprender un viaje a un lugar distante y llegar mas lejos de su origen. Atravesó límites muy remotos de su zona de existencia. Y como llegó tan lejos eligió que lo que durara su vida se dedicaría a conocer mas y mas hasta desaparecer.
Al atravesar el gran bosque del que formaba parte, tropezó con una roca que se había hundido hace muchos años.
-Menudo impedimento. ¿Quien eres y porque estás en mi camino?
-Tu estás en mi camino querrás decir. Desde mi llegada, observé pasar muchas raíces como tu. Pero nunca una tan orgullosa.
- ¿Como te atreves a hablarme así? Gracias a mi el gran árbol puede seguir existiendo y oxigenar a los humanos. Que es mas que lo que una diminuta cosa puede hacer ahí fija toda su vida.
-Sin embargo, mi conciencia está conectada con la memoria de todas las rocas hermanas. Somos sólidas. Puedo ser un edificio en potencia, base de imponentes edificaciones. Soy pura posibilidad. En conjunto parte de una obra suprema. Tu eres una simple raíz. Egoísta y solitaria. Y hasta donde se, pensabas que eras única.
La raíz recordó que nunca había pensado en términos de comunidad. Estaba acostumbrada a ocuparse sólo de si misma.
-Puede que tengas razón, pero doy vida al gran árbol.
-Eres parte de él, pero no su causa. Si no fueras tu, otra ocuparía tu lugar.
Hubo un silencio, donde se noto que la tensión entre ambas había disminuido. La roca admitió para sí, que había sido demasiado severa con sus palabras. La experiencia le había hecho descubrir que no podía cambiar modos de pensar tan antiguos. Pero parecía que la raíz por lo menos estaba disponible a escuchar.
-Si es cierto que estás conectada con otras como tu ¿podrías indicarme si en mi trayectoria debo evitar algún obstáculo?
-Eso no puedo decírtelo, pero debes rodearme. No querrás que te lastime.
Ambas emitieron una risa nerviosa.
-Presiento que te conviene dirigirte hacia el sur. En un par de kilómetros podrás conocer el mar.
Un nuevo espectro de posibilidades se diviso ante la raíz, que había recordado algún sonido pero nunca llego tan lejos para ver.
-Eso si es una información interesante. ¿Como es el mar?
Según mis hermanas costeras, es algo fresco y mutable. En su punto mas efervescente es magnifico. Cuando una ola logra su mayor altura es un espectáculo incomparable. Millones de gaviotas han volado a su paso. Luego de romper sigue un silencio que surca el cielo. Y cuando la ola baja y rompe con la orilla su sonido es como un disparo,
El mar se funde con el océano que tiene informaciones de eras. Parte de la espuma contó a algunas rocas la travesía de los piratas.
Terminada la descripción, la raíz se despidió afectuosa y continuó desplazándose. Cuando escucho el sonido de las gaviotas supo que había encontrado al mar.
Al atravesar el gran bosque del que formaba parte, tropezó con una roca que se había hundido hace muchos años.
-Menudo impedimento. ¿Quien eres y porque estás en mi camino?
-Tu estás en mi camino querrás decir. Desde mi llegada, observé pasar muchas raíces como tu. Pero nunca una tan orgullosa.
- ¿Como te atreves a hablarme así? Gracias a mi el gran árbol puede seguir existiendo y oxigenar a los humanos. Que es mas que lo que una diminuta cosa puede hacer ahí fija toda su vida.
-Sin embargo, mi conciencia está conectada con la memoria de todas las rocas hermanas. Somos sólidas. Puedo ser un edificio en potencia, base de imponentes edificaciones. Soy pura posibilidad. En conjunto parte de una obra suprema. Tu eres una simple raíz. Egoísta y solitaria. Y hasta donde se, pensabas que eras única.
La raíz recordó que nunca había pensado en términos de comunidad. Estaba acostumbrada a ocuparse sólo de si misma.
-Puede que tengas razón, pero doy vida al gran árbol.
-Eres parte de él, pero no su causa. Si no fueras tu, otra ocuparía tu lugar.
Hubo un silencio, donde se noto que la tensión entre ambas había disminuido. La roca admitió para sí, que había sido demasiado severa con sus palabras. La experiencia le había hecho descubrir que no podía cambiar modos de pensar tan antiguos. Pero parecía que la raíz por lo menos estaba disponible a escuchar.
-Si es cierto que estás conectada con otras como tu ¿podrías indicarme si en mi trayectoria debo evitar algún obstáculo?
-Eso no puedo decírtelo, pero debes rodearme. No querrás que te lastime.
Ambas emitieron una risa nerviosa.
-Presiento que te conviene dirigirte hacia el sur. En un par de kilómetros podrás conocer el mar.
Un nuevo espectro de posibilidades se diviso ante la raíz, que había recordado algún sonido pero nunca llego tan lejos para ver.
-Eso si es una información interesante. ¿Como es el mar?
Según mis hermanas costeras, es algo fresco y mutable. En su punto mas efervescente es magnifico. Cuando una ola logra su mayor altura es un espectáculo incomparable. Millones de gaviotas han volado a su paso. Luego de romper sigue un silencio que surca el cielo. Y cuando la ola baja y rompe con la orilla su sonido es como un disparo,
El mar se funde con el océano que tiene informaciones de eras. Parte de la espuma contó a algunas rocas la travesía de los piratas.
Terminada la descripción, la raíz se despidió afectuosa y continuó desplazándose. Cuando escucho el sonido de las gaviotas supo que había encontrado al mar.
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