Or

Un día desperté con él y me asusté.
No podía dejar de mirarlo, y aunque lo ignorara, difícil era evitar su presencia.
Ese asqueroso orzuelo no hacía mas que posarse con pesadez sobre mi párpado derecho. Dolía, picaba y me daba sueño. Así como algunos inquilinos...

Comentarios

Entradas populares