Pensamiento continuo

      La vida, tantas veces es definida como una línea temporal, en donde solemos recaer en recuerdos (mayormente de rupturas o peleas) y pensamientos temerosos sobre un futuro incierto. 

     

       Con un pequeño detalle el disfrute puede ser mayor.  Pensar, que cada momento que vivimos forma parte de un presente continuo, nos hace estar más lúcidas y activas sobre nuestra vida. En resumen: vivirla.

       Cada día puede plantearse como un presente, un regalo.  ¿Qué puedo hacer por mí hoy?  ¿Cómo puedo ser mejor persona? ¿Cómo mejorar mi hogar? ¿De qué manera puedo añadir más pasión a mi trabajo o a mis vínculos?

      Al estar tan involucradas/os con nuestros momentos, cada vez damos menos margen a recordar aquellas discusiones irreconciliables o disconformidades con nosotras.  Y las puertas "mágicamente" comienzan a abrirse. No es un milagro, dado que es parte de nuestro trabajito de hormiga: Disfrutar, soltar, dar tiempo a nosotras y a los demás.  Siempre con respeto y manteniendo la humildad.

        Si tenemos una discusión con alguien, podemos respirar profundamente y pensar ¿éste es el último recuerdo que quiero tener de mi día o de esta persona? Creo que es un buen paso para abandonar el ego y la soberbia.

 ¡La vida es hoy y aquí! Estemos donde estemos.