Muerte del diputado Salvatierra por el zurdo Meneslao en la milonga palermitana

Marquitos sabía bien, que ese jueves por la noche no debía entrar en la milonga palermitana. No hubo ninguna señal significativa, son esas esas cosas que se saben, porque se sienten en todo el cuerpo. Sin embargo, cuando Clara se lo pidió, olvidó todo presentimiento. Llegaron en un santiamén, fascinados por el escenario casi desierto. Esto les daba instantes previos para practicar su rutina de baile sin sentirse incómodos por equivocaciones o miradas.

Todo transcurría muy amenamente, entre tangos de Troilo, milongas y alguna que otra rumba intercalada. Aquellos momentos en que la música cesaba para permitir a los bailarines consumir alguna picada, Clara y Marquitos tomaban una cerveza bien helada. Mientras el zurdo reía a carcajadas, hizo su entrada triunfal, si presentir su destino tampoco, el diputado Salvatierra. Comenzó a entrechocar palmas con conocidos, sin notar la mirada furiosa de Marcos, el cual ahogó su carcajada.

-          ¡No!  no lo puedo creer. ¿Viste a ese facho?-

-          ¿Quién?-

-          ¿No reconocés esa cara de garca? ¡Salvatierra!-

Marcos era adepto a la teoría del estrés desde sus veinte años, que postulaba que no era conveniente relajarse ni un segundo, porque en ese preciso instante cosas desagradables ocurrían.

Una  sonrisa macabra hizo su aparición en él, acompañada de una súbita prisa.

-¿Vamos a la pista? -El zurdo guardo algo en el bolsillo rápidamente, que Clara no alcanzó a distinguir.

-¡Vamos! -

Marcos parecía haber olvidado toda esa cuestión. Se mostraba distendido. En una de las tantas volteretas, Salvatierra comenzó a tambalearse hasta desplomarse por completo. Su mujer gritó pidiendo ayuda. Al notar un tenedor clavado en la carótida del diputado un alarido le siguió.

El zurdo fingiendo sorpresa conversaba con el mozo.

-¿Me cobrás Albertito?

Clara lo miró sonriendo.

-No cambiás más vos. -

Abandonaron el lugar a carcajadas.

Comentarios

dario dijo…
se dice que la originalidad de estas historias no son de la imaginación de la escritora... y que la acompañante no era tan inocente
Mar dijo…
Lo admito: Esta historia está basada en hechos reales :)Del lector dependerá decidir que hechos son reales.

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